Los
enfoques de enseñanza de ciencias están marcados por los intereses en momentos
específicos y por las políticas nacionales e internacionales establecidas por
los organismos encargados del desarrollo de la educación. En el caso de Costa Rica,
como tendencia general se ha asumido en la práctica formal que lo que interesa
en la educación científica es que los estudiantes conozcan lo que la ciencia hace
y lo que ha logrado, ya que ha predominado un enfoque centrado en el dominio de
contenidos conceptuales que se pueden evaluar fácilmente, antes que en la aplicación
práctica del método científico (Alfaro y Villegas, 2010).
Los profesores
notan cómo se sienten los estudiantes acerca de las materias de ciencias; sin
embargo, ponen poco énfasis en los objetivos afectivos. El dominio afectivo a
menudo se descuida porque los profesores tienen dificultades para diseñar
estrategias y enfoques para desarrollar actitudes positivas entre los
estudiantes y documentar su desarrollo. Los esfuerzos para mejorar las
actitudes de los educadores de ciencias han tomado la forma de aprender
contenido científico o comparar formas innovadoras de enseñanza con otras más
tradicionales. Recientemente, se han empleado modelos teóricos derivados de la
psicología social en la educación científica. Si bien no deben pasarse por alto
opciones para mejorar las actitudes científicas, basar el estudio de las
actitudes en modelos teóricos derivados de la psicología social parece ser una
opción fructífera (Kobella, 2018).
Un
error común de un profesor de ciencias es no utilizar enfoques para la enseñanza
de este campo, lo que podría ayudar a que los estudiantes lleguen a perder el
interés de aprender. Se podría implementar la investigación científica, los
laboratorios (tanto presenciales, como simulaciones), el realizar experimentos,
buscar videos y hasta realizar juegos; hacer que la clase llegue a ser más
entretenida, y que los estudiantes puedan aprender y a la vez, divertirse, buscar
los mejores métodos para que los estudiantes ganen interés en la ciencia.
Varios
estudios indican que las prácticas de enseñanza podrían tener un efecto más
significativo en el desempeño y las actitudes científicas de los estudiantes
que la experiencia y los títulos avanzados de los profesores. De hecho, lo que
los maestros enseñan en el aula tiene el potencial de involucrar a los
estudiantes con la ciencia o alejarlos de ella. Esto, a su vez, destaca la
necesidad de identificar las prácticas de enseñanza básicas que tienen un
impacto positivo en el desempeño y las actitudes científicas de los estudiantes
(Mostafa, Echazarra y Guillou, 2018).
Es
importante tratar de hacer las clases de ciencias más visuales, ya que esto
ayuda a que los estudiantes presten más atención en la clase y que, incluso, el
aprendizaje sea más efectivo, que no siempre sea de memoria, sino que los
estudiantes comprendan los contenidos. Ejemplo de esto, se muestra en el
siguiente video: